Todas las personas, en algunas ocasiones, sentimos una cierta inseguridad ante la vida.En ciertos aspectos solemos ser seguros pero en otros no. La inseguridad tiene que ver con el temor a no saber afrentar una situación y las consecuencias negativas que la misma pueda tener. La seguridad, sin embargo, es una especie de valentía que nos hace creer en nosotros mismos y en nuestras capacidades personales.
Las personas inseguras no creen en sí mismas y tienen mucha desconfianza ante todo. Esta desconfianza les hacen fluctuar a la hora de tomar decisiones, relacionarse con nuevas personas, en general, ante la posibilidad de producir cambios en sus vidas.
La inseguridad también hace que no toleremos las situaciones nuevas. Dice el refrán que "más vale malo conocido que bueno por conocer", y a esta frase muchas personas se agarran, para no sentir el miedo, la incertidumbre o la inseguridad que producen las situaciones nuevas en la vida. El inseguro evita todo aquello que sea nuevo porque, al no tener seguridad, no da pasos y esto es una gran equivocación, porque en la vida nada se sabe hasta que no se dan esos pasos. Sin embargo, muy pocas personas son las que arriesgan y eligen no dar esos pasos.
En la vida no hay garantías de que algo sea seguro. Nadie te puede dar la seguridad de que tu pareja no te vaya a abandonar, tampoco hay seguridad de que tu trabajo te vaya a durar toda la vida, no hay seguridad de los años que vamos a vivir, etc, por lo tanto, el ser humano vive continuamente en la incertidumbre "no saber que le va a suceder mañana en su vida" y se agarra a lo seguro como un clavo ardiendo.
Se puede llegar a confundir, o se confunde, inseguridad con incertidumbre. A todos nosotros nos gustaría saber que nos va a pasar en el futuro, y eso nadie lo puede saber. Por eso, la seguridad nunca es segura, porque siempre puede fallar algo, y es entonces cuando las personas nos derrumbamos. No esperamos que nuestra pareja nos sea infiel, y se va con otra persona. No nos esperamos problemas en el instituto y los tenemos. No nos esperamos que nuestros familiares fallezcan, y fallecen.
Por lo tanto, debemos aprender a vivir con la inseguridad y la incertidumbre, porque forman parte de nuestras vidas y lo único que tenemos seguro es que todos, antes o después, nos vamos a ir. Así que, si de vivir se trata, mejor apostar por la vida y aprovechar y buscar las oportunidades. Cierto es, que como ya he dicho antes, nunca vamos a estar seguros de todo lo que la vida nos ofrezca, pero eso no significa que no lo debamos aprovechar y jugárnosla por todo aquello que queramos. La inseguridad no nos debe impedir avanzar.
27 nov 2011
13 nov 2011
Traicionar.
Muchas veces, o por lo menos una vez en nuestra vida, hemos experimentado en dolor de la traición, y esta nos llega de diferentes formas cuando menos nos la esperamos.
Y es justo en ese momento, cuando alguien nos traiciona, que nos sentimos violados en nuestros sentimientos, y devaluados en nuestra confianza y lealtad, ya que estos dos valores, la confianza y la lealtad, son sentimientos elevados que todos tenemos derecho a dar y recibir en igual cantidad de quienes llamamos "amigos".
Pero cuando un amigo nos traiciona cambia de manera total, o de alguna manera el valor de la amistad.
Muy difícilmente encontramos a alguien que no haya pasado por algún tipo de esta experiencia tal dolorosa como es la traición. Nos quejamos, nos sorprendemos porque es mu difícil comprender que las personas nos fallen, pero no podemos evitar que nos traicionen o traicionar, porque como seres humanos somos falibles, egoístas y hasta desconsiderados. Por naturaleza somos limitados, y estamos expuestos a cometer errores, y algunas veces nos fallan porque también nosotros fallamos de alguna manera.
La traición en sí es dolora, porque en la mayoría de los casos nos llega de las personas que más queremos, ya sea de un amigo, una amiga, un novio/a o de las dos partes. No se piensa en la importancia y en el valor de la amistad y dependiendo de cómo haya sido esa traición, se perdona la ofensa o simplemente la olvidamos, aunque ya nada es igual. Cuando la traición la comete un/a amigo/a dejamos de creer en el/ella, ya que la consideramos como un atentando a nuestra confianza depositada en la persona que queremos, y como ya he citado anteriormente, lo único que podemos hacer es perdonar, pero a veces el perdón no es suficiente o ni si quiera vale, y lo máximo que podemos esperar, es que algún día tengamos la suerte de poder olvidar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)